COTIZACIONES

jueves, 14 de marzo de 2013

HIPOTECAS, DESAHUCIOS, BANCOS, UHHHH QUE MALOS

Estoy cabreada a la máxima potencia con todo lo que se ha preparado por el tema de los desahucios.

HIPOTECAS, DESAHUCIOS, BANCOS, UHHHH QUE MALOS.

La única objeción son los intereses por no pagar las cuotas, que si considero son excesivos, pero el resto nada de nada.
El mercado inmobiliario es un mercado como otro cualquiera, que puede ser el de valores que vemos en éste blog, osea que hoy suben, mañana bajan y al contrario.
Si compramos acciones, generalmente lo hacemos para ganar, pero cualquiera que tenga cuatro dedos de frente sabe que también pueden bajar, por lo cual, perder.
Puedes pedir un prestamo y te compras acciones y resulta que haces la gilipollez de tu vida y pierdes el 90%, ah pues mira, que se quede las acciones el banco y no pago el préstamo..., que bonito.
Pues el mercado inmobiliario es exactamente lo mismo y claro a partir de 1985-1990 éste mercado empezó a subir, la gente compra pisos, para vivir, para negociar con ellos etc, personas físicas, jurídicas, entidades públicas, inmigrantes... y ahí está el banco, ¿para quien?, para aquel que no tenía el dinero en metálico, se tasaba el piso y daban la cantidad.
La tasación yo cuando he visto alguna siempre ha sido pór péritos cualificados, con lo cual dicha tasación en su día estaba bien hecha, era lo que valían y el banco que es un negocio como otro cualquiera (un prestamista también cobra intereses y si no se le paga se queda con lo hipotecado) te daba un dinero con unas condiciones, todo por escrito y firmado por ambas partes.
Y ¿quien iba a pedir el prestamo? o es que el banco venía a casa diciéndote "el préstamo o la vida", pues iba el comprador a la sucursal, trataba y negociaba el préstamo, es más, se recorrian todas las entidades bancarias para encontrar la mejor hipoteca y finalmente firmaban.
Claro que como resultaba que el piso tenía mucho valor se aprovechaba para añadir en el préstamo un dinerito para el coche, la casa de la playa, las vacaciones en El Caribe, así que, ¿quien inflaba el préstamo?, el comprador.
Los más espabilados sabían bien como negociar ésto, sino vamos a recordar el caso de Gladis.

... Pero eso no es todo. Aún no le he contado lo de Gladis, que ha tenido mucha suerte en España a pesar de haberse casado con ese cholo que la trae a mal traer, todo el día agarrado al chupete y no durmiendo en casa casi nunca, que sospechamos que se trae sus jueguecitos con una de acá que le dicen Isabel y que está todo el día guarreando en la piscina enseñando sus pechos, que no me extraña que nuestros serranos, tan bravos, anden trás de ella. El caso es que como Gladis no tenía ahorros, pues que además de la ayuda de 18.000 euros que nos dieron al resto, a ella le han estado pagando el cuarenta por ciento de la hipoteca y lo peor es que hace tres años dejó de pagar y casi la echan de su casa. Pero ella es mucha Gladis y se fue a una emisora de televisión que acá le dicen "tarariquetevi" y salió pidiendo ayuda para no quedarse en la calle y los viracochas de todita España le hicieron una colecta para pagarle al banco lo que debía. Fíjese mamacita querida lo huevones que son estos viracochas que le dieron dinero incluso de sobra, que hasta hoy han estado viviendo con lo que le quedó, o eso dicen.

Eso fue hace dos años, pero ahorita tampoco pagó y hace dos semanas le hicieron la subasta de la casa. Y allá fue Gladis al juzgado, como una serrana valiente, que quería saber a cuánto le vendían la casa por si sobraba algo de platica para ella y que no la engañasen. En la subasta se sentó al lado de un viracocha muy guapetón y bien plantado al que dicen Tristán, quien le dijo que no se preocupase que seguro que sobraría dinero, pero incluso este señor tan elegante se llevó sorpresa con el precio de la subasta, que fue de doscientos once mil euros, ni uno menos, de los que para Gladis van a ser por lo menos ciento veinte mil, eso le dijo.

Tan contentos están con su buena suerte que su hombre ya se quiere volver todo rico a la sierra, pero Gladis que es muy lista ha dicho que de eso nada, que dónde van a estar mejor que en España y ha mandado la plata allá para hacerse una hacienda y se ha apuntado enseguida a las listas de los que buscan casas de estas que les dicen protegidas, porque estos cojudos seguro que le dan otra y repite el negocio. Mientras tanto en una oficina de viracochas que se ocupan de ayudar a los forasteros, creo que aquí le llaman "asuntos sociales" o algo así, les han dicho que no se preocupen, que cuando les echen de aquí ellos se ocuparan de buscarles acomodo.

Espero que a Gladis, con la segunda vivienda no le haya pillado el toro.

Todo el mundo sabe que lo que se pide prestado hay que devolverlo, lo que hay que tener es como he dicho cuatro dedos de frente y saber en que se mete uno, un prestamo hipotecario a 50 años, hay que pensarlo, ¿me cambiará la vida? ¿tendré trabajo? ¿podré pagarlo? y amoldarse a lo que uno tiene, no hacer el cuento de la lechera que es lo que ha pasado.

Y ahora sólo se habla de los desahucios, de esa gente sin cuatro dedos de frente, porque hay otras muchas personas que hicieron las cosas bien, con cabeza y no están en esa situación.

He visto en esos tiempos de bonanza, gente que se veía venir no podía ser, buen coche, la vivienda, la segunda vivienda en la playa, las vacaciones a lo grande, ropa de marca, todo a cuenta del banco, pues no señores, no me parece justo que alguien que no se ha esforzado ahora no tenga que pagar sus deudas, mientras los que se han privado de mucho han pagado todo con su esfuerzo para no estar en la situación en la que ahora están ellos, porque claro de haberlo sabido se habría hecho lo mismo vivir a todo tren y cuando vienen malas que se lo quede el banco y empiezo de nuevo.
El mercado ha cambiado, ahora a la baja y ¿quien ha tenido la culpa?, ¿el banco?, el banco ha hecho su negocio, como el frutero vende fruta, el carnicero carne etc., el banco vendía préstamos, es más no los necesitaba vender porque acudían alli a pedirlo, vamos si tenían que poner número como en la pescadería.

He oído a gente mayor que antiguamente nadie se metia a pedir préstamos al banco, que cada uno se arreglaba como podía, si no se podía comprar, se alquilaba, incluso habitaciones, si no había dinero no se iba de vacaciones y tantas y tantas cosas.

Esto es la fabula de la HORMIGA Y LA CIGARRA.
Que feliz era la cigarra en verano! El sol brillaba, las flores desprendían su aroma embriagador y la cigarra cantaba y cantaba. El futuro no le preocupaba lo más minimo: el cielo era tan azul sobre su cabeza y sus canciones tan alegres... Pero el verano no es eterno.
Una triste mañana, la señora cigarra fue despertada por un frio intenso; las hojas de los árboles se habían puesto amarillas, una lluvia helada caía del cielo gris y la bruma le entumecía las patas.
¿Que vá a ser de mí? Este invierno cruel durará mucho tiempo y moriré de hambre y frio, se decía.
¿Por que no pedirle ayuda a mi vecina la hormiga?.
Y luego pensó:
¿Acaso tuve tiempo durante el verano de almacenar provisiones y construirme un refugio? Claro que no, tenía que cantar. Pero mi canto no me alimentará.
Y con el corazón latiéndole a toda velocidad, llamó a la puerta de la hormiga.
¿Que quieres? preguntó ésta cuando vio a la cigarra ante su puerta.
El Campo estaba cubierto por un espeso manto de nieve y la cigarra comtemplaba con envidia el confortable hogar de su vecina; sacudiendo con dolor la nieve que helaba su pobre cuerpo, dijo lastimosamente:
Tengo hambre y estoy aterida de frío.
La hormiga respondió maliciosamente:
¿Que me cuentas? ¿Que hacias durante el verano cuando se encuentran alimentos por todas partes y es posible construir una casa?
Cantaba y cantaba todo el día, respondió la cigarra.
¿Y qué? interrogó la hormiga.
Pues ... nada, murmuró la cigarra.
¿Cantabas? Pues, ¿por que no bailas ahora?
Y con esta dura respuesta, la hormiga cerró la puerta, negando a la desdichada cigarra su refugio de calor y bienestar.
Seguramente si se lee atentamente y se piensa habrá muchísimas personas que piensen lo mismo que yo aunque no lo parezca e internamente muchos de los que hoy su situación es crítica estarán pensandolo aunque jamás quieran reconocerlo.

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